Las fuerzas de seguridad abandonaron el barrio de clase trabajadora de Tayura tras cinco días de manifestaciones contra el Gobierno, según dijeron sus vecinos a la prensa extranjera que visitó el área. Los vecinos contaron que los soldados dispararon contra los manifestantes que trataron de ir a la céntrica plaza Verde durante la noche, matando al menos a cinco personas, un dato que no pudo ser confirmado de manera independiente.
Un funeral celebrado el sábado por una de las víctimas se convirtió en otro acto de desafío a Gadafi,
"Todos en Tayura salieron contra el Gobierno. Les vimos matando a nuestra gente aquí y en todas partes en Libia", declaró a Reuters un hombre que se identificó como Ali, de 25 años. "Nos manifestaremos una y otra vez, hoy, mañana, al día siguiente, hasta que cambien".
El diario Quryna también habló de decenas de "heridos graves" después de que batallones pro-Gadafi abrieran fuego contra los manifestantes cerca de Sabratha.
Lo que pasó en este barrio contradijo las declaraciones del hijo de Gadafi Saif al Islam, quien dijo a la prensa el viernes por la noche que la paz estaba regresando a Libia.
Gran parte del este del país productor de petróleo, incluyendo la segunda mayor ciudad, Bengasi, está en manos de la oposición.
El aliado más fuerte de Gadafi en Europa, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, dijo el sábado desde Roma que el gobernante libio ya no parecía estar en control del país.
Las potencias extranjeras se reunieron para estudiar medidas punitivas contra Gadafi y expresaron su indignación por su modo de aplastar las revueltas, las más sangrientas de los levantamientos por la democracia en el mundo árabe, que ya han expulsado a los gobernantes de Túnez y Egipto.
En Washington, el presidente estadounidense, Barack Obama, firmó una orden que prohíbe transacciones relacionadas con Libia.
"El Gobierno de Muamar Gadafi ha violado las leyes internacionales y la decencia común y debe ser hecho responsable", dijo Obama en un comunicado el viernes.
Diplomáticos en Naciones Unidas dijeron que el sábado podría haber una votación sobre el borrador de una resolución que pide un embargo de armas a Libia y congelar los activos de sus líderes, después de que el jefe de la ONU, Ban Ki-moon, dijera que no podía esperar.
BARRICADAS
En Tayura, los manifestantes han levantado barricadas de piedras y palmeras en las calles cubiertas de basura, con pintadas en muchas calles. No se podían ver a miembros de las fuerzas de seguridad, pero sí los muros llenos de agujeros de balas.
Miles de personas acudieron al funeral de uno de los muertos en los tiroteos de la noche del viernes, transformándose rápidamente en otra marcha.
"Gadafi es el enemigo de Dios", cantaba la multitud.
No obstante, quienes apoyan a Gadafi tenían una visión optimista de la situación.
"La paz está regresando a nuestro país", dijo Saif al Islam Gadafi a la prensa. "Si escuchan fuegos artificiales no los confundan con tiroteos".
Reconoció que las fuerzas de Gadafi han tenido "un problema" con Misrata, la tercera ciudad de Libia, y con Zawiyah, donde los manifestantes han rechazado los contraataques de los militares, pero dijo que el Ejército está dispuesto a negociar.
"Esperamos que no haya más derramamiento de sangre. Para mañana resolveremos esto", sostuvo.
El propio Gadafi prometió "aplastar a cualquier enemigo" y amenazó con abrir los arsenales militares a quienes lo apoyan.
La televisión estatal dijo que el Gobierno estaba subiendo los sueldos y subsidios de alimentos y ordenando manutenciones especiales para todas las familias, un tardío esfuerzo para captar el apoyo de los seis millones de libios.
CUERPOS EN TODOS LADOS
Diplomáticos afirman que unas 2.000 personas han muerto en todo el país.
Los manifestantes en Zawiyah, un pueblo petrolero al oeste de Trípoli, rechazaron a las fuerzas del Gobierno durante muchos días, según testigos que huyeron por la frontera con Túnez Ras Jdir.
"Hay cadáveres por todos lados. Es una guerra en el verdadero sentido de la palabra", dijo Akila Jmaa, quien llegó a Túnez el viernes.
En el este, comisiones de abogados, doctores, líderes tribales y soldados parecían estar llenando el vacío dejado por el Gobierno de Gadafi con algún éxito.
Libia abastece el dos por ciento del petróleo mundial, y el grueso de sus pozos y terminales están en el este.
Fuentes de la industria dijeron a Reuters que los envíos de crudo desde Libia, el décimo segundo exportador mundial, se habían reducido por causa de la baja en la producción, la falta de personal en puertos y temores por la seguridad.
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