sábado, 16 de julio de 2016

Las ciudades del sur de Francia, nidos de yihadistas

Los atentados del pasado 13 de noviembre en París alertaron del polvorín de los barrios periféricos de las principales ciudades de Francia. La base de operaciones del ataque del Bataclan fue Saint Denis. Semanas más tarde el Gobierno galo publicó un informe demoledor: el número de potenciales yihadistas en suelo francés, 8.250, se había doblado en apenas un año. La región parisina era según el informe el principal semillero yihadista, seguida por la Provenza-Alpes-Costa Azul, con Marsella y Niza en el centro de la diana.


Marsella anuló los fuegos artificiales previstos para ayer. Niza ha suspendido el festival de Jazz que estaba previsto que empezara este sábado y la estrella Rihanna ha cancelado su concierto en la ciudad de los Alpes Marítimos.

La pequeña Argelia
Estas ciudades costeras viven constantemente las pulsiones de sus profundos contrastes. A Marsella se la conoce como la pequeña Argelia por ser la principal ciudad musulmana de Europa, con más de 250.000 mahometanos, casi la mitad de la población de la ciudad. También da cobijo a la segunda comunidad judía de Francia (70.000 personas siguen este credo en la ciudad). Tras la tragedia del Bataclan se incrementaron los ataques islamófobos y antisemitas. Marsella cuenta con cinco de los barrios más pobres del país, de mayoría inmigrante y musulmana, y ocho recogidos en la lista de Zonas Urbanas Sensibles (unas 750 en toda la nación). Allí, en los «quartiers nords» un senador alcalde del xenófobo Frente Nacional (FN) está al frente de los distritos 13 y 14.

El FN es el segundo partido en Niza. En las pasadas regionales, la pequeña de los Le Pen, Marion Maréchal, ganó la primera vuelta de los comicios. Aunque finalmente venció un representante de Los Republicanos, partido de centro derecha, es uno de sus principales graneros de voto. Christian Estrosi, presidente del Consejo Regional y antiguo alcalde de la localidad, es conocido como un político a favor de medidas policiales y de seguridad duras. Su proximidad con Nicolas Sarkozy explica en parte su deriva más restrictiva. Va a «aprovechar» el atentado de Niza con el riesgo de discriminar más a la población de origen árabe y musulmana«, señala a ABC el fundador de la consultora Estrategia, Barah Mikail. La región de los los Alpes Marítimos habría enviado el 10 por ciento de los yihadistas franceses al suelo del califato, según afirma el diario Le Monde.

Si las contradicciones internas de Niza son fuertes, de un chic paseo marítimo a unas barriadas con aroma totalmente magrebí, la desconexión del norte de Marsella con la zona del puerto no se queda a la zaga. En una de las «cités» del 13 arrondissement marsellés, puede verse junto a las chabolas de los romaníes, una tienda de alimentos de descuento, algún servicio público como la oficina de correos que a la vez hace de banco, oficinas de viviendas sociales y un mercadillo a punto de cerrar a pocos pasos de la parada de metro.

Tráfico de armas y drogas
Radicales de Niza y Marsella están conectados por el desbordante tráfico de armas y drogas y por la pequeña delincuencia. El camionero tunecino Mohamed Lahouaiej Bouhlel, de 31 años y autor de la masacre, tenía en su poder un arma corta de calibre 7.65 que utilizó antes de ser abatido por la policía, pero también otras armas largas y una granada de mano, que eran falsas. «Estamos en el ambiente de Argelia en 1992 (comienzo de su guerra contra el islamismo radical).

«Los yihadistas del Grupo Islámico Armado mataban a todos incluso a los salafistas del Front Islamique Du Salut, que no seguían a rajatabla sus postulados», explica Harold Hyman, especialista en geopolítica. Según concluye Hyman, los terroristas de Daesh utilizan a potenciales psicópatas y los musulmanes tienen ya el «vocabulario» prestado para que el grupo yihadista les despierte.
Fuente: ABC.es

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