Julio Herrera, investigador de la UNAM descartó una inminente fuga radiactiva y aseguró que si nubes radioactivas llegaran a la República Mexicana serían muy minimizadas. Sostuvo que la situación no se compara con la de Chernobyl.
Julio Herrera Velázquez, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), mencionó que a partir del martes ha habido un cambio en lo que se refiere a las unidad 4 y 3 de la planta nuclear de Fukushima Dai-Ichi, afectada la semana pasada por el terremoto en Japón.
Explicó que la unidad 4 en el momento del terremoto estaba completamente parada y sus barras de combustible no estaban en el interior de la vasija del reactor, sino que se había depositado en una piscina cuyo propósito es que recaigan los desechos radioactivos.
Entonces, dijo, es en estos depósitos donde aparentemente se ha perdido el agua y "no es lo mismo que la pérdida de agua en un reactor, donde la temperatura es considerablemente mayor; pero de todos modos es preocupante, también por el hecho de que se ha hablado de un incendio en la piscina de la unidad 4 que no es perfectamente explicado, no hay suficiente información para decir qué es lo que está ocurriendo".
Mientras tanto, los medios de comunicación a nivel internacional coinciden en que la central de Fukushima está al borde del desastre nuclear. El investigador de la UNAM señaló que se está exagerando, pero no quiere decir que la situación no deje de ser grave.
Respecto a que se aproxima una inminente fuga radiactiva, agregó "no es el caso porque no se trata de las barras de combustible en el interior de un reactor en donde están a una temperatura mucho más alta, que es lo que puede llevar a la fusión de las camisas de zirconio, sin embargo, eso no quiere decir que no se pueda perder la integridad de las camisas de zirconio y que pudieran quedar los productos de fisión expuestos".
Por otro lado, explicó que los milisieverts miden la dosis de radiación que es recibida. En este caso, se habla de que en varias partes de la planta se tienen radiaciones del orden de 400 milisieverts, cuando mil de ellos serían suficientes para poder producir enfermedad por radiación, que implica vómito, náuseas, etcétera.
Por eso es que fue necesario evacuar al personal de la planta por varias horas. En las zonas aledañas el nivel es menor, del orden de 8 milisieverts por hora, que serían equivalentes a recibir una tomografía computarizada por hora.
El investigador insistió en que este accidente, aunque es muy grave, no llega al grado que tuvo el accidente de Chernobyl, donde quedó completamente expuesto el núcleo del reactor, donde hubo un incendio que llevó cenizas radioactivas a alturas suficientes para ser dispersadas por el viento y donde la población aledaña sufrió literalmente de lluvia de cenizas radioactivas.
Consideró que la gente quiere huir de Japón por el miedo que genera el escuchar la palabra "radiación", pues no está suficientemente comprendida. Dijo que hay que esperar a tener más información para saber cuál puede ser el alcance del daño.
Julio Herrera insistió en afirmar que uso de la energía atómica es seguro. Lo que debe de ocurrir, precisó, es que los reactores actuales deben ser reemplazados por unos más seguros con el tiempo, de tal modo que este tipo de accidentes no se puedan dar.
Respecto al rumor de que las nubes radioactivas podrían afectar a la República Mexicana, el especialista dijo que seguramente llegarían muy minimizadas, de igual forma varias dependencias del país estarán haciendo monitoreos.
Asimismo, consideró que no está de más el hacer un monitoreo de alimentos que pudieran venir de esa zona, aunque el nivel de radiación sería tan pequeño que difícilmente se detectaría. Sobre los productos dijo que le correspondería verificarlo a las aduanas.
Explicó que la unidad 4 en el momento del terremoto estaba completamente parada y sus barras de combustible no estaban en el interior de la vasija del reactor, sino que se había depositado en una piscina cuyo propósito es que recaigan los desechos radioactivos.
Entonces, dijo, es en estos depósitos donde aparentemente se ha perdido el agua y "no es lo mismo que la pérdida de agua en un reactor, donde la temperatura es considerablemente mayor; pero de todos modos es preocupante, también por el hecho de que se ha hablado de un incendio en la piscina de la unidad 4 que no es perfectamente explicado, no hay suficiente información para decir qué es lo que está ocurriendo".
Mientras tanto, los medios de comunicación a nivel internacional coinciden en que la central de Fukushima está al borde del desastre nuclear. El investigador de la UNAM señaló que se está exagerando, pero no quiere decir que la situación no deje de ser grave.
Respecto a que se aproxima una inminente fuga radiactiva, agregó "no es el caso porque no se trata de las barras de combustible en el interior de un reactor en donde están a una temperatura mucho más alta, que es lo que puede llevar a la fusión de las camisas de zirconio, sin embargo, eso no quiere decir que no se pueda perder la integridad de las camisas de zirconio y que pudieran quedar los productos de fisión expuestos".
Por otro lado, explicó que los milisieverts miden la dosis de radiación que es recibida. En este caso, se habla de que en varias partes de la planta se tienen radiaciones del orden de 400 milisieverts, cuando mil de ellos serían suficientes para poder producir enfermedad por radiación, que implica vómito, náuseas, etcétera.
Por eso es que fue necesario evacuar al personal de la planta por varias horas. En las zonas aledañas el nivel es menor, del orden de 8 milisieverts por hora, que serían equivalentes a recibir una tomografía computarizada por hora.
El investigador insistió en que este accidente, aunque es muy grave, no llega al grado que tuvo el accidente de Chernobyl, donde quedó completamente expuesto el núcleo del reactor, donde hubo un incendio que llevó cenizas radioactivas a alturas suficientes para ser dispersadas por el viento y donde la población aledaña sufrió literalmente de lluvia de cenizas radioactivas.
Consideró que la gente quiere huir de Japón por el miedo que genera el escuchar la palabra "radiación", pues no está suficientemente comprendida. Dijo que hay que esperar a tener más información para saber cuál puede ser el alcance del daño.
Julio Herrera insistió en afirmar que uso de la energía atómica es seguro. Lo que debe de ocurrir, precisó, es que los reactores actuales deben ser reemplazados por unos más seguros con el tiempo, de tal modo que este tipo de accidentes no se puedan dar.
Respecto al rumor de que las nubes radioactivas podrían afectar a la República Mexicana, el especialista dijo que seguramente llegarían muy minimizadas, de igual forma varias dependencias del país estarán haciendo monitoreos.
Asimismo, consideró que no está de más el hacer un monitoreo de alimentos que pudieran venir de esa zona, aunque el nivel de radiación sería tan pequeño que difícilmente se detectaría. Sobre los productos dijo que le correspondería verificarlo a las aduanas.
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